CAPÍTULO DECIMOCUARTO

Donde se ponen los versos desesperados del difunto pastor, con otros sucesos.

Tras contarles la “canción desesperada” de Grisóstomo, último poema escrito por este y donde justifica los motivos de su muerte, en lo alto del monte, aparece la pastora Marcela como si fuera una visión fantasmagórica. Todos se quedan asombrados y el amigo de Grisóstomo comienza a echarle la culpa a la joven de haber matado al fallecido. Marcela contesta:
—Vengo para que sepáis que no soy la culpable de la muerte de Grisóstomo. Yo nací libre y jamás di esperanzas a nadie, así que a él lo mató su insistencia y no mi crueldad. Le dije que quería vivir en perpetua soledad, así que, que nadie me llame cruel ni homicida. Yo soy libre y no quiero sujetarme a nadie.
Todos se quedaron impresionados y querían seguir la visión fantasmagórica, pero don Quijote se impuso con amenaza de muerte a quien se acercase a ella. De esta manera, el hidalgo se quedó al servicio de la pastora, consiguiendo que todos la dejasen en paz y no la siguieran.

Megan Allison Gamboa Rasussen, Elia Orden Gómez, Teresa Rodrigo Serrano
IES Julián Zarco, 3·º ESO